1934-1942.
Arquitecto: Francisco Javier Ferrero.
Ingenieros: José Aracil y Luis Aldaz.
Salvar el barranco de la calle Segovia había sido siempre una preocupación de las autoridades madrileñas. Hubo un primer proyecto de viaducto firmado por Sachetti en el siglo XVIII. Silvestre Pérez plantea otro al rey José Bonaparte, pero se queda también solo en proyecto. El primero se construirá entre 1872-1874 y era básicamente una pasarela metálica.
El que hoy nos ha llegado, más ancho y de hormigón, se inició en 1934, finalizándose en 1942, después de la Guerra Civil. Adjudicado mediante concurso público (Eduardo Torroja quedó segundo), se trata de una obra de ingeniería más que notable, con airosos arcos parabólicos, en línea con otras realizaciones de la época como el Golden Gate de San Francisco o el puente del puerto de Sydney.
Imagen de la maqueta del Viaducto según el proyecto de Ferrero, Aracil y Aldaz.
El Viaducto madrileño, por supuesto, no es tan imponente en dimensiones ni se ha convertido en un icono de la ciudad, esto último a lo mejor por su leyenda negra de polo de atracción para los suicidas. En 1975 se cerró al tráfico y a punto estuvo de ser demolido, ya que su tablero no soportaba la carga del intenso tráfico.
Se reformó entre 1977 y 1978, cuando se abrió de nuevo al tránsito después de consolidar la plataforma para que pudiera soportar más peso. En la reforma se suprimieron ménsulas decorativas y las garitas que remataban los pilares, concebidos en principio como hueco para albergar ascensores (Otros proyectos presentados al concurso eran más ambiciosos y planteaban estos pilares como bloques de viviendas u oficinas municipales).
Como dato curioso, y ante su eventual demolición, se celebró una mesa redonda en torno al Viaducto en la sede del Colegio de Arquitectos de Madrid, en octubre de 1976. En ella Luis Moya, académico de Bellas Artes y profesor de la Escuela Superior de Arquitectura de Madrid, señaló por primera vez que el Viaducto no era racionalista sino que más bien debía encuadrarse dentro del estilo art decó.
Vista panorámica del Viaducto, fotógrafía Felipe Salvador Ortiz-Caro.
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