Muchas felicidades por tu blog. Estas haciendo una labor de documentación y reconocimiento de un estilo que casi todos los españoles consideramos extranjero, que España no tuvo mucho que decir en el lenguaje del art decó. En Sevilla aún se conserva algún edificio, pero no demasiados y, además, muy influenciados por otros estilos. más se podría decir que hay edificios de la primera mitad del S. XX de estilo moderno o regionalista que tienen rasgos art decó. y curiosamente ese detalle es lo que más me apasiona del art decó. siendo un estilo tan moderno, tan enraizado en el progreso, nunca dejó de mirar al lenguaje clásico ni a la herencia del arte occidental. al igual que las vanguardias quisieron romper con todo lo que suspusiera tradicion, el art decó fue un estilo académico pero no por ello menos moderno, siendo la demostración de que modernidad y tradición no ha de estar reñido y que el clasicismo no ha de ser algo forzosamante arcaico, trasnochado o anacrónico.
Como bien dices, en España el art decó es considerado un estilo exótico o que nos pasó de largo, cuando no es así para nada.
La culpa de esta percepción errónea la tienen varios factores: lo mucho que se prolongaron en el tiempo los estilos historicistas, el peso fundamental del regionalismo y especialmente el hecho de que, de repente, y para la historia del arte oficial, se pasara de academicismos rancios y revivals folclóricos a la modernidad más absoluta mediante una palabra mágica, "racionalismo", de la noche a la mañana y sin transición.
En cuanto a ese rasgo del Art Decó que tanto te atrae, su mirada inequívoca al futuro y al progreso sin renunciar al legado clásico, es algo que se repite también en las mejores obras del Movimiento Moderno de los años 50, como la famosa Torre Seagram de Nueva York: es cierto que Van der Rohe y Johnson levantan un rascacielos, pero siguen en su fachada la jerarquía compositiva de las columnas clásicas (basamento, fuste y capitel), amén de utilizar materiales nobles de toda la vida como el bronce y de despejar un gran espacio público ante el edificio a modo de ágora, organizando también el acceso al edificio como un pórtico o propileo monumental.
El Art Decó fue quizá precursor de esto, que en los 50 alcanzó su culminación: revisitar el pasado o inspirarse en él utilizando sin embargo un lenguaje plenamente moderno.
2 comentarios:
Muchas felicidades por tu blog. Estas haciendo una labor de documentación y reconocimiento de un estilo que casi todos los españoles consideramos extranjero, que España no tuvo mucho que decir en el lenguaje del art decó. En Sevilla aún se conserva algún edificio, pero no demasiados y, además, muy influenciados por otros estilos. más se podría decir que hay edificios de la primera mitad del S. XX de estilo moderno o regionalista que tienen rasgos art decó. y curiosamente ese detalle es lo que más me apasiona del art decó. siendo un estilo tan moderno, tan enraizado en el progreso, nunca dejó de mirar al lenguaje clásico ni a la herencia del arte occidental. al igual que las vanguardias quisieron romper con todo lo que suspusiera tradicion, el art decó fue un estilo académico pero no por ello menos moderno, siendo la demostración de que modernidad y tradición no ha de estar reñido y que el clasicismo no ha de ser algo forzosamante arcaico, trasnochado o anacrónico.
un saludo.
Qué razón tienes, Pablo.
Como bien dices, en España el art decó es considerado un estilo exótico o que nos pasó de largo, cuando no es así para nada.
La culpa de esta percepción errónea la tienen varios factores: lo mucho que se prolongaron en el tiempo los estilos historicistas, el peso fundamental del regionalismo y especialmente el hecho de que, de repente, y para la historia del arte oficial, se pasara de academicismos rancios y revivals folclóricos a la modernidad más absoluta mediante una palabra mágica, "racionalismo", de la noche a la mañana y sin transición.
En cuanto a ese rasgo del Art Decó que tanto te atrae, su mirada inequívoca al futuro y al progreso sin renunciar al legado clásico, es algo que se repite también en las mejores obras del Movimiento Moderno de los años 50, como la famosa Torre Seagram de Nueva York: es cierto que Van der Rohe y Johnson levantan un rascacielos, pero siguen en su fachada la jerarquía compositiva de las columnas clásicas (basamento, fuste y capitel), amén de utilizar materiales nobles de toda la vida como el bronce y de despejar un gran espacio público ante el edificio a modo de ágora, organizando también el acceso al edificio como un pórtico o propileo monumental.
El Art Decó fue quizá precursor de esto, que en los 50 alcanzó su culminación: revisitar el pasado o inspirarse en él utilizando sin embargo un lenguaje plenamente moderno.
Un placer recibir tu post.
Saludos.
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