Se trata de un panteón monumental en la primera meseta elevada de la antigua Necrópolis del Este, integrada hoy dentro de lo que se conoce como Cementerio de la Almudena.
Se sitúa justo detrás y a la derecha de la tumba colectiva de los pilotos de la Legión Cóndor.
De líneas severas, como corresponde a un monumento funerario, está sin embargo muy influido por las nuevas propuestas estilísticas de la Exposición Internacional de Artes Decorativas de París de 1925 (el mausoleo es de 1927).
Una influencia que se percibe en sutiles detalles decorativos como los cestos con flores con dibujo en zig-zag, el diseño de las vidrieras o los rebordes escalonados.
Pero destaca sobre todo la bellísima composición escultórica sobre la entrada, centrada por la escultura exenta de un Cristo crucificado. Aunque destaque por su anatomía realista en mármol blanco, su estilo es convencional. Lo interesante son los dolientes bajorrelieves laterales y la tipografía a ambos lados del crucifijo.
Tanto los relieves alegóricos como el gran crucifijo son obra del escultor Fructuoso Orduna Lafuente, autor asimismo de las estatuas de Escosura y Schultz ante la Escuela de Ingenieros de Minas y del grupo de atletas -destruido por accidente en julio de 2013- que adornaba la entrada al polideportivo Antonio Magariños.
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