Gracias a ti por tu comentario. Y sí, es una pena... Pero con todo lo cuestionado que está desde hace tiempo, la sombra de Le Corbusier sigue siendo muy alargada. Y ya no es tanto que prevalezca la mentalidad de ornamento es delito, sino que ahora asociamos una casa recargada por fuera con el mal gusto de los millonarios rusos y chinos... O con un restaurante-palacio hortera y kitsch para bodas. La decoración en la arquitectura sigue estando estigmatizada. Nos queda, eso sí, el esplendor de los viejos tiempos. Un saludo!
Gracias, David. Ojalá algún día sepamos recuperar el gusto por la decoración en la arquitectura.
ResponderEliminarGracias a ti por tu comentario. Y sí, es una pena... Pero con todo lo cuestionado que está desde hace tiempo, la sombra de Le Corbusier sigue siendo muy alargada.
ResponderEliminarY ya no es tanto que prevalezca la mentalidad de ornamento es delito, sino que ahora asociamos una casa recargada por fuera con el mal gusto de los millonarios rusos y chinos... O con un restaurante-palacio hortera y kitsch para bodas. La decoración en la arquitectura sigue estando estigmatizada. Nos queda, eso sí, el esplendor de los viejos tiempos.
Un saludo!